La llave

Apenas había despuntado el alba cuando la joven, a toda prisa, salió corriendo de la casa, sin mirar atrás se desplazaba a la máxima velocidad que sus delgadas piernas podían permitirle, el pueblo aun dormía, uno que otro vecino se asomaba por la ventana con una taza de café y se sorprendía al ver a la chica, correr por esas estrechas calles, un pequeño perro corrió en persecución de la joven, sin embargo a los pocos metros desistió de su empeño, aún la acción del can no pareció inmutar a la corredora, quien solo podía concentrarse en su trayecto, el sol había mostrado ya su reluciente circunferencia veraniega, hacía calor, el rostro de la adolescente se llenó de sudor, el cual se confundía con las lágrimas brotadas de sus ojos, con puños cerrados trataba de limpiar su rostro para poder ver. Su vestido sucio y barato se veía desgarrado en uno de los tirantes, la rajada y ligera falda era empujada hacia atrás por la brisa, como jalada por una mano invisib...