Crónica de un vuelo




Era la tarde del jueves 14 de abril del 2016,  en el aeropuerto Internacional Santiago Mariño ubicado en la Isla de Margarita al norte de Venezuela, los viajeros, en los que se encontraban principalmente turistas se amontonaban en los mostradores, listos para chequearse en sus respectivos vuelo de retorno a sus respectivos destinos, como en toda actividad aeroportuaria había frenéticos ir y venir de aviones y personas tanto en las pistas como en los pasillos de la terminal aérea.
Llegó la hora de preparar el vuelo con destino a la ciudad de Caracas de la aerolínea Laser pues la aeronave, un viejo DC-9 convertido en la versión MD-80 acababa de tocar pista, el llamado a los viajeros  para que se dirigieran a su puerta destinada, se dejaba escuchar por las bocinas del área de tránsito y como siempre en un lenguaje inentendible, los niños emocionados pagaban sus caras a los grandes ventanales para ver al avión pintado de los colores verde y blanco  acercarse la plataforma en su lento rodar hacia la terminal.
Más tarde dos empleados de la aerolínea iniciaron el proceso de embarque, los pasajeros se ubicaron en fila india, marchando uno delante del otro al caminar hacia el avión el ruido de las turbinas impedía que se escucharan entre ellos. Una vez adentro de la nave cada uno tomó su asiento el cual había sido previamente asignado, los niños curiosos por estar en el vientre del ave metálica inundaban a sus padres con preguntas, los adultos se acomodaban como podían en los estrechos asientos, las aeromozas caminaban de un lado a otro contando una y otra vez la cantidad de pasajeros dentro del avión, se escuchó entonces la voz del capitán dando instrucciones de modo que la tripulación se alistara para la partida.
El avión inicio el rodar lento y pesado hasta la cabecera de la pista, las azafatas mientras tanto  brindaron a los pasajeros como es obligatorio en Venezuela, las normas establecidas por el Instituto Nacional de Aviación Civil (INAC), la charla sobre la seguridad en las aeronaves, ubicación de los botes, como ponerse un chaleco salvavidas, etc. Ante la poca atención de los pasajeros los cuales se dedicaban a hacer las cosas, propias de cuando se está en un avión, llego entonces la nave a ponerse en posición en el extremo de la pista que era contrario a las corrientes de aire para facilitar así el proceso de despegue.
Los motores retumbaron al ser exprimidos a su máxima potencia haciendo que la pesada ave iniciara la carrera de despegue, el fuselaje se sacudía por la irregularidades de la pista, elevando la velocidad cada vez más,  cuando la nariz de la nave se levantó hacia el cielo, el avión dio un salto al aire, calmando todo el movimiento que segundos atrás atemorizó a quienes no estaban acostumbrados a volar.
El vacío típico que se producen en los despegues se sintió en la nave que rauda continuaba acelerando para ganar altura, abajo ya estaba el mar como un gran manto azul, a la derecha la isla de Margarita se veía cada vez más pequeña y era tapada  por momentos a causa de ligeras nubes blancas, seguras de no representar problema alguno para el viaje que iniciaba.
Todo transcurría normalmente, algunos pasajeros se relajaban en sus asientos mientras otros tomaban fotos por las ventanillas o entre ellos como es normal en estos tiempos con los famosos selfies, la tripulación empezó a repartir bebidas para calmar la sed de los turistas, con el carrito estrecho  y de metal pulido iban de atrás hacia adelante atendiendo así las necesidades de quienes viajaban en la aeronave.
De Pronto pasados nos mas de 15 minutos desde el despegue el avión perdió altura de forma suave pero constante, no parecía haber alarma alguna hasta que la tripulación interrumpió su actividad, recogieron rápidamente el carrito de refrigerios y se dirigieron presurosos a la cabina pidiendo a los pasajeros que colocaran sus asientos en forma vertical, que guardaran sus audífonos y plegaran las mesas ubicadas en el espaldar del puesto delantero, ante esto algunas personas se notaron nerviosas pero no fue hasta que se escuchó por los parlantes la voz del capitán quien con un tono de voz un poco tenso anuncio que el avión presento una alerta de mantenimiento lo cual  obligaba a retornar de urgencia a Margarita.
Esta declaración puso los nervios de punta a los pasajeros quienes no emitían palabra, habían detenido cualquier conversación, el silencio se apoderó de la nave que giro en ángulo de 180 grados para volver de donde había partido minutos antes.
La tripulación se dirigió a sus respectivos puestos con una sonrisa forzada en sus rostros tratando así de calmar a los pasajeros quienes seguían mudos, aunque sus miradas trasmitían lo contrario, el silencio solo era interrumpido  por la voz de los niños que de vez en cuando demandaban la atención de sus padres, algunos pasajeros cruzaban sus miradas, haciendo obvio el nerviosismo propio de la situación, otros se aseguraban a los asientos apretando el cinturón de seguridad a sus cuerpos.
El avión inicio entonces la aproximación a la pista, inclinando la nariz para descender en un ángulo pronunciado, a lo lejos la pista del aeropuerto se hacía cada vez más grande a medida que el avión se acercaba velozmente, el piloto elevó la proa en el último momento buscando que el tren de aterrizaje trasero tocara tierra,  lo que sucedió de forma un tanto brusca, luego, el tren delantero tocó la pista más suavemente, la velocidad era elevada hasta que el comandante de la nave aplicó los frenos, se sintió un fuerte sonido en el interior de la nave producto del empuje revertido de los motores a reacción que junto a los movimientos propios del circular por la pista hacían del trayecto una experiencia desagradable, poco a poco la nave freno totalmente hasta quedar detenida al final de la pista.
Los pasajeros empezaron a aplaudir alegres por haber llegado a salvo, algunos pudieron apreciar al mirar por las ventanas el acercarse a toda velocidad los camiones de bomberos aeronáuticos acompañados de otros vehículos de rescate los cuales estaban alertas ante cualquier emergencia que pudiera presentarse durante el aterrizaje.

Los pasajeros fueron desembarcados normalmente en la terminal aérea, ahora solo les quedaba esperar otro avión para poder volver a sus destinos pero agradecidos de estar con los pies en la tierra.





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