La boda que no fue

 





El novio arribó  a la iglesia, con pasos lentos y taciturno ocupó su lugar frente al altar junto al párroco,  debajo, sentados en los bancos de madera,  los invitados esperaban a la novia quien pronto debería llegar para concretar la tan esperada boda, con su vestido blanco recorrería el pasillo hasta donde se encontraba su amado. Se esperaba que entraría  por la puerta de la casa de dios, en cualquier momento, sin embargo, ya hacía tiempo que debería haber llegado, los invitados murmuraban entre sí, algunos hombres ojeaban sus relojes para saber cuánto llevaban esperando, las damas eran, por el contrario mas condescendientes, es normal que una novia se haga esperar, decían las engalanadas féminas, afuera el cielo se tornó gris, las nubes negras amenazaban con descargar una fuerte lluvia. Las agujas de los relojes continuaban marcando los minutos, los familiares más cercanos a la esperada prometida, empezaron a sacar sus teléfonos para llamarla, los intentos fueron en vano, comunicarse era imposible, de pronto, un fuerte trueno sonó desde el exterior de las paredes del sagrado recinto, haciéndolo retumbar junto a las santas figuras que eran veneradas en ese religioso edificio, al unísono,  las personas gritaron al verse sorprendidas por tan estruendoso sonido, la lluvia empezó a caer, los vitrales dejaban ver el agua correr por ello, haciendo que la luz de los relámpagos se deformara al entrar en la iglesia como si cientos de explosiones retumbaran afuera, el padre de la novia intentó pedir calma a los inquietos asistentes, mientras detrás de él se persignaba el cura alterado como el Cristo en lo alto del florado presbiterio vibraba con cada estruendo. El novio, no obstante, solo yacía de pie, impasible ante la demora de su amada y sereno, sin importarle en apariencia la feroz tormenta que azotaba la antigua estructura, su mirada era enfocada hacia un punto en donde se podía ver, con esfuerzo, un antiguo cuadro,  Una vuelta entera había dado el minutero, cuando de pronto las pesadas puertas de madera se abrieron, una silueta podía distinguirse, al fondo,   la luz de los rayos dejaba ver como caía la lluvia a cantaros,  todos los convocados a la ceremonia voltearon la mirada al atrio esperando ver arribar a la novia, cuando y para su sorpresa un oficial de policía entró apresuradamente seguido por varios agentes más, quienes corrieron por el pasillo con las armas desenfundadas, pese a la sorpresa de todos, los funcionarios fueron directamente al novio quien perdido en sus pensamientos no dejaba de mirar una antigua pintura enmarcada en la pared de roca, los policías no se dejaron detener por el padre de la novia, sorteándolo,  tomaron al distraído hombre por la nuca y lo arrojaron al suelo, mientras era apuntado por las amenazantes armas de los uniformados, quienes revisaron sus bolsillos consiguiendo un cuchillo, ante el estupor de todos los presentes el hombre fue sacado de la iglesia, con sus brazo inmóviles por las esposas que le fueron colocadas, desde el altar el cura se percató que en medio de la refriega algo había caído del bolsillo del novio, se inclinó para tomarlo con sus aún temblorosas manos, viendo con horror que era un trozo de tela machada de sangre, al levantar su mirada el venerable hombre pudo ver la pintura de Guercino,  Jesús con la mujer sorprendida en adulterio.


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